



Nuestra historia es la de Belén y como ella, la de muchos otros niños con síndrome Down. Belén tiene hoy 13 años. Nació y creció en Santiago de Chile hasta los 11. Tuvo la oportunidad de asistir -como cualquier niño- al Jardin y luego a un colegio desde kínder hasta 5 básico. En el ano 2013, decidimos mudarnos a Bélgica.
Inmediatamente decidimos inscribirla a ella y a su hermano en un colegio cerca de casa. Al poco andar nos informaron que desgraciadamente no era posible que Belén siguiera en el colegio y nos derivaron a un colegio especial.
Belén asistió a dos colegios especiales en dos años. Si bien las instituciones que nos acogieron, lo hicieron con mucho entusiasmo, nos dimos cuenta a corto andar que no íbamos a encontrar en ellas lo que estábamos buscando.
En Septiembre 2015, también quisimos inscribirla en un colegio de secundaria “normal” pero, desgraciadamente, no encontramos ninguno dispuesto a acogerla bajo un proyecto de inclusión.
Hoy Belén se encuentra sin colegio. Su año escolar 2015-2016 lo hará en casa. Para ello desarrollamos un programa adecuado en términos de contenidos, sin dejar de lado que nuestra prioridad es incluirla el próximo año.
Somos conscientes de que el camino que hemos escogido —el de poder ofrecerle un proyecto de inclusión en un colegio de enseñanza secundaria “normal”— no es el más simple. Sin embargo, estamos seguros que es el camino correcto y que tenemos que seguir luchando hasta encontrar un colegio que este dispuesto a aceptar este desafío.
Sabemos que muchos otros niños están en la misma situación que nuestra hija, y ha sido justamente esto lo que nos convenció de crear la asociación sin fines de lucro «Educación sin Límites». Una asociación que tiene como objetivo favorecer la acogida de niños con necesidades especiales en el sistema educativo normal a través de proyectos de inclusión adaptados para cada uno.